El efecto Streisand es un fenómeno en el que un intento de censura o encubrimiento de cierta información fracasa o es contraproducente, ya que esta acaba siendo ampliamente divulgada o reconocida, de modo que recibe mayor visibilidad de la que hubiera tenido si no se la hubiese pretendido acallar.[1]
Normalmente, estos intentos de censura se dirigen hacia fotos, archivos o páginas web, especialmente mediante cartas que amenazan con emprender acciones legales por parte del censor. Lejos de ser eliminada, dicha información recibe gran publicidad y acaba siendo rápidamente distribuida a través de redes sociales, blogs, sitios de noticias o sistemas P2P. Este efecto ocurre, según el experto en Internet John Gilmore, porque la Red interpreta la censura como un daño o ataque hacia ella. Según muchos otros, simplemente por la curiosidad producida por la prohibición, es decir: ¿Qué será eso que me prohíben llegar a conocer?[2]
Según Curry Jansen y Brian Martin, de la Universidad de Wollongong en Australia, el efecto Streisand es la consecuencia de una táctica de censura fallida, en la cual el intento de reducir la indignación de la gente no resultó exitoso. Esto significa, básicamente, que para censurar contenido de manera efectiva no basta con retirar ese contenido de internet o de cualquier otro medio, sino que es necesario lograr también que este acto pase inadvertido, o que intimide a la gente de modo tal que esta se autocensure.[3]
Silvia Martínez, profesora de Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación en la Universidad Abierta de Cataluña, ha matizado que aunque «el efecto Streisand no nace con Twitter, sí que es verdad que se ha intensificado con la llegada de las redes». Según Martínez, aquellos temas que son objeto de debate público abierto y que generan una mayor carga emocional en la audiencia, serán más proclives a viralizarse y desembocar, a su vez, en un efecto Streisand.[4]
Origen de la expresión
El término debe su nombre a un incidente ocurrido en 2003 con la cantante y actriz estadounidense Barbra Streisand, que denunció al fotógrafo Kenneth Adelman y la página de fotografías pictopia.com, exigiendo 50 millones de dólares en compensación por daños. Streisand intentó que se retirase de Internet una fotografía aérea perteneciente al proyecto California Coastal Records Project, que contenía imágenes de la costa de California disponibles al público y que documentan la erosión costera con la intención de influir en decisiones gubernamentales. Streisand alegó su derecho a la privacidad, pues en dicha fotografía (la «Imagen 3580») aparecía el primer plano de su casa en Malibú.[1] La demanda fue desestimada y se ordenó que Streisand pagara los honorarios legales de Adelman, que ascendían a $177,000. [5][6][7][8]
El periódico San Jose Mercury News advirtió poco después que aquella imagen se había hecho sumamente popular en Internet: la imagen original había sido descargada apenas seis veces antes de la demanda, pero cuando se divulgó la acción judicial empezada por Streisand hubo hasta 420 000 descargas de esa misma imagen en un mes, sin contar las ocasiones en que la misma foto fue compartida fuera del sitio web pictopia.com. Con su intento de censura, Barbra Streisand consiguió que una información en un primer momento intrascendente acabase obteniendo una gran repercusión mediática no deseada por la actriz.
Ejemplos
Aparte del caso citado, el «efecto Streisand» se ha dado en otras polémicas:
Referencias
Enlaces externos
- Recopilación de casos en los que se da este efecto (en inglés) Archivado el 15 de octubre de 2011 en Wayback Machine.
- Twitter quiere acabar con el acoso




